Se trata del nutriente clave para asegurar rinde y calidad en este cereal, y por eso desde Stoller recomiendan un refuerzo foliar luego de las aplicaciones de base.
La siembra de cultivos de fina está en pleno avance y, la planificación de la fertilización es un aspecto esencial para aspirar a una campaña con altos rendimientos.
Dentro de los cultivos de invierno, el trigo es el más importante en los sistemas de producción de la Región Pampeana, y el manejo adecuado de la nutrición es un pilar de básico e indispensable; con el nitrógeno como el elemento químico basal para sostener los rindes.
En el caso de aquellas regiones donde ocurren lluvias invernales, la partición de la fertilización durante el ciclo permite acompañar en mejor medida la curva de demanda de los cereales.
En ciclos húmedos, como el que se aguarda para esta temporada con el arribo de El Niño, este tipo de manejo reduce los riesgos de lixiviación respecto de concentrar una gran cantidad de nitrógeno a la siembra.
Por ejemplo, aplicaciones tardías, desde dos nudos (Zadoks 32) hasta hoja bandera (Zadoks 39) permiten lograr un buen balance interno de la planta, y aportando no solo al rendimiento, sino también a la calidad.
Un aspecto esencial a considerar bajo esta estrategia es el contenido de agua útil a la siembra: hasta una profundidad de 150 o 200 centímetros es la variable clave y de mayor correlación con rendimiento. Esto es porque el crecimiento acontece durante la estación seca y, por lo tanto, el cultivo depende del almacenaje previo para su producción. En una transecta sudeste - noroeste, el agua útil a la siembra logra explicar entre 50% y 80% de los rendimientos finales.
Acompañar al “Niño”
Transitamos una semana que dejo lluvias importantes sobre el sudeste bonaerense y que se van moviendo lentamente hacia el centro este de la región pampeana. Las perspectivas para el ciclo que está iniciando son alentadoras, tras un 2022 para el olvido, El Niño pronosticado comienza a hacerse presente en este segundo semestre.
No obstante, no debe olvidarse el contexto de baja liquidez que sufre el sector, por lo que más que nunca la clave será ser eficiente en el manejo de los recursos, para lograr mayores rendimientos con menos aplicaciones, con el consecuente beneficio productivo, ambiental y económico.
Bajo este panorama, Stoller recomienda aplicaciones foliares de Nitroplus 18, como complemento a la fertilización tradicional.
Se trata de un fertilizante formulado con una exclusiva combinación de nitrógeno amínico y calcio, totalmente solubles en agua, lo que maximiza el aprovechamiento de los nutrientes por parte de la planta.
Vale recordar al respecto que la absorción de nitrógeno en la forma amínica y amoniacal es mayor que con fuentes tradicionales como Urea. Además, con el aporte de fuentes amínicas como Nitroplus 18, se reducen los niveles de nitrato en las hojas, comparativamente a otras fuentes.
Este aspecto es de importancia debido a que, los altos niveles de nitrato en planta llevan a una mayor producción de etileno, induciendo a la planta a un gran crecimiento vegetativo en detrimento del sistema radicular poco desarrollado. Esto implica una limitada resistencia a los periodos de estrés.
Un complemento nutricional
Es sabido que, la máxima demanda de absorción de nitrógeno en trigo se produce a partir de fines de macollaje y durante encañazón; por ende, en estos estadios es en los que se obtiene mayor eficiencia en el uso del nutriente. En paralelo, las fuentes tradicionales como Urea o UAN e incluso el N del suelo deben ser transformado a formas aprovechables por el cultivo, absorbidas por las raíces y vueltas a transformar en la planta. Estos procesos están limitados por agua y temperatura del suelo, reduciendo la eficiencia de uso, y dificultando la sincronía con la demanda del cultivo.
En este contexto, Nitroplus 18 es una alternativa rápida, práctica y de altísima eficiencia (cercana al 100%) para complementar las aplicaciones de base al suelo y mejorar la sincronía oferta-demanda.
No obstante, desde Stoller insisten en que la clave no es reemplazar, sino complementar, lo que se traduce en apostar a sincronizar la oferta de nitrógeno con la demanda del cultivo, y así aumentar la eficiencia.
En concreto, la aplicación de Nitroplus 18 se recomienda en dosis de 10 litros por hectárea, y puede combinarse con la entrada al lote para aplicación de otros fitosanitarios.
De esta manera, el productor ahorra una entrada al lote, y asegura el máximo aprovechamiento del nitrógeno aplicado, que se sinergiza con el aporte del fertilizante de base y el aporte del suelo, en el momento de máxima demanda.