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Carbono orgánico del suelo

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El Colegio de Ingenieros Agrónomos cuarta circunscripción desarrolló una jornada vía Zoom con la participación de Sergio Montico, un reconocido profesional de la Universidad Nacional de Rosario.


“Analizamos qué rol juega el carbono en el suelo y qué tiene que ver con, por ejemplo, todas las propiedades relacionadas con las funcionalidades y con la infiltración del agua, con las cuestiones relacionadas con los poros, con la compactación, con la provisión de nutrientes”, comentó el especialista.

También se refirió a la preocupación que existe con los niveles de materia orgánica en el suelo: “no nos está yendo bien, no estamos haciendo las cosas bien desde hace mucho tiempo en la región pampeana y no estamos pudiendo restaurar las condiciones iniciales que teníamos, de carbono, ni acercarnos a una condición de equilibrio por diversas razones que tienen que ver con sistemas de labranza históricamente hechos en la región, más cuestiones que están relacionadas con las rotaciones, con la secuencia de cultivos, con la no fertilización o bajo tenor de fertilización en la región pampeana en general, más otras prácticas inadecuadas, hemos bajado el contenido de materia orgánica y eso repercute en un montón de variables asociadas al suelo”.

La locomotora del suelo

Si pudiésemos hacer una comparación de lo que representa la materia orgánica con el ferrocarril, diría que la locomotora del suelo es la materia orgánica y todos los demás vagones son el Ph, la infiltración, aquello que tiene que ver con el suministro de nutrientes, el balance precisamente del agua. La materia orgánica tracciona todas esas variables y es ahí donde tenemos que poner el foco para trabajar en sistemas agropecuarios sustentables” a esto le sumó su perspectiva de cuánto influye en todo esto la génesis geológica del suelo, en estos suelos que se bancan un poco más que otros que son más débiles por su propia conformación, “nosotros tenemos una región muy variable de suelos y hay algunos que son, aprovechando un término de la jerga, más esqueléticos en cuanto al tenor de materia orgánica que originalmente tenían este y otros tenían las bondades históricas de tener más materia orgánica, pero obviamente, tanto en un caso como el otro, las pautas como para poder conservar lo que hay son específicas y ahí es donde tenemos que apuntar, y aquellos que arrancan con un piso muy bajo, son mucho más vulnerables, más susceptibles a las malas decisiones de manejo, y es también ahí donde hay que focalizarse mucho. Más en esta cuestión relacionada íntimamente con el cambio climático”.

Efectos de la sequía

Estamos viniendo de un periodo de sequía importante en la gran región. En teoría iríamos a un periodo El Niño con mayor previsión de lluvias y el tema de la materia orgánica toma especial relevancia porque influye en dos balances esenciales en la vida de un suelo. El balance del agua y el balance de los nutrientes. Entonces es ahí donde hay que focalizar la discusión y ver qué herramientas existen para mejorar y en todo caso, restaurar y detener la degradación de los suelos.

El especialista de la UNR destacó que “hay un efecto residual de la sequía, muy importante porque no se generó fitomasa y eso repercute en la cobertura de los suelos. “Tenemos dos instancias asociadas a las condiciones de relieve. Si el lote es plano va a tener un comportamiento; si el lote tiene inclinación, tiene pendiente debe haber otro. Tanto en un caso como en otro, el rastrojo y la cobertura del suelo juegan un papel preponderante. Fundamentalmente en aquellos lotes inclinados que son planos con pendientes importantes no hay cobertura cuando llueve hay poca materia orgánica, poca porosidad, hay baja infiltración, mayor escurrimiento y se producen erosiones importantes en láminas, y en caso que el lote sea plano que tampoco tenga esa capacidad para mejorar su infiltración para poder albergar agua en el perfil y que tenga un buen almacenaje de este recurso hídrico va a haber encharcamientos, inundaciones temporarias y la idea es aportar, entonces a una discusión que tenga que ver con recuperar esas bondades de la materia orgánica que son a mediano y largo plazo porque acopiar o estoquear carbono en el suelo con nuestros esquemas productivos, es una actividad que desarrollamos en el tiempo pero que lentamente se va a ir modificando”. 

Prácticas sustentables

Por último, el ingeniero Sergio Montico se refirió a algunas prácticas que tienen que ver con hacer pequeñas terrazas para manejo de pendientes que no son tan importantes en nuestra zona, la aparición de procesos de intensificación como cultivos de cobertura que tienen unos 10 meses un cultivo trabajando en el suelo, algún lugar donde vuelven un poquito las praderas que todavía es todo muy incipiente. “La idea es que veamos que tenemos un menú de propuestas, alternativas o herramientas. Así como no hay enfermedades sino enfermos, la degradación no es una cuestión genérica, sino que cada lote tiene distintos estados de degradación de acuerdo al manejo que ha tenido en el tiempo, algunos más otros menos y algunos han sido manejados correctamente. Entonces de ese menú, cuando uno diagnostica el calibre de la situación de degradación, elige cuál implementar. Un cultivo de servicio de cobertura, una terraza, o una sistematización para moderar los escurrimientos y darle cierta coherencia hidráulica al lote o, en definitiva, una fertilización balanceada, una secuencia de rotación adecuada donde aparezca más gramíneas, más cobertura en superficie.

El menú es muy amplio, pero el diagnóstico es indispensable. Tenemos que tener también y fundamentalmente la práctica de diagnóstico en nuestra cabeza, porque nos hemos olvidado bastante y los análisis de suelo, no somos muy propensos a diagnosticar nuestro suelo en el mediano y en el largo plazo, y eso es una herramienta fundamental para poder servirnos de ese menú y darle coherencia el manejo de los suelos”.

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10/05/2024