En el marco del Congreso de Malezas 2023 el especialista del INTA Luis Lanfranconi dejó algunas definiciones para el abordaje de la problemática.
El ingeniero agrónomo y malezólogo Luis Lanfranconi del Inta indicó que “el problema es que el productor cuando ve que se le terminan las herramientas y los costos se incrementan demasiado, apela a lo que más tiene a mano, que son los fierros. Hay nuevas herramientas dando vueltas en el mercado, algunas más agresivas, otras menos agresivas, algunas juegan un papel muy importante, otras no nos terminan de convencer técnicamente, pero están y se usan. Parte de la problemática nace con un manejo más integrado del sistema. O sea, yo tengo que pensar seriamente que la química no me va a solucionar todos los problemas, nunca los solucionará. Tuvimos un veranito que duró poco, tenemos que ser lo más disciplinado posible en cuanto a tratar de rotar los cultivos, tratar de rotar fechas de siembra, tratar de utilizar distintos mecanismos de acción, tratar de usar cultivos de servicio, si yo tengo un banco de semillas importante”.
“Si seguimos pensando que con las latas que cargamos en la camioneta solucionamos el problema, estamos equivocados, no es ese el camino. Va a ser cada vez más costoso, vamos a tener cada vez más dolores de cabeza como nos están dando ahora todos los años, dos biotipos nuevos que son resistentes” comentó Luis Lanfranconi.
Labranzas para controlar malezas
El malezólogo también mencionó en qué medida, bajo qué circunstancias y para que malezas, la labranza sería una opción dependiendo de la zona. Expresó “yo creo que la siembra directa, es una de las cosas que nos mostró que podemos avanzar el doble de la superficie que teníamos en la pampa húmeda con agricultura, y ese avance se logró porque no movíamos el suelo.
Me acuerdo que en la época cuando empezó la soja a dar vueltas y queríamos controlar Sorgo de Alepo, había que incorporar trifluralina al suelo y eran cuatro pasadas de rastra de discos, terminamos sembrando a fin de diciembre y la soja rendía 14 quintales y parecía que éramos héroes. Hoy con 14 quintales no empezamos a pensar en sembrar.
En realidad, fue un cambio sumamente importante. Con la siembra directa sabíamos que, si yo no muevo el suelo, la flora iba a cambiar, sabíamos que iba a haber malezas, esas que se iban a adaptar más a esas condiciones que otras, sabíamos que iba a desaparecer la semilla grande, cómo chamico, ipomea, abrojo, malva que desaparecieron de muchos lugares, íbamos a tener otros dolores de cabeza y los tenemos, iban a aumentar las perennes porque no estábamos moviendo el suelo. Hay máquinas que hoy pueden trazar rizomas, que son discos planos que hacen el trabajo de una sembradora. Hay que empezar a usarlo, tengo maleza perenne no tengo que esperar que se tape el lote, cuando entró y está al lado de una cabecera, de un alambre o de donde tengo el monte, tengo que entrar con un tipo de sistema de reja Carpitec y descalzarla durante el invierno para que se sequen las primeras diez, una pasada. Eso no va a cambiar la estructura productiva, ni voy a dejar de hacer siembra directa, si va a disminuir de sobremanera en los avances de esta maleza, y se adaptan el suelo que yo no muevo y termino complicándome la vida porque cuando la dejo avanzar, trillo mi cultivo y trillo la semilla de la maleza y la muevo dentro del lote y empieza a complicarme la vida” finalizó Lafranconi.
