Técnicos del INTA de la zona núcleo brindan información clave sobre la situación de los cultivos y las reservas de agua en suelo de cara a la campaña 2023/24, en función de las últimas lluvias.
“Luego de tres primaveras muy deficitarias en la disponibilidad de agua para el desarrollo de los cultivos de invierno y para la siembra de los cultivos de cosecha gruesa, es muy promisoria la evolución de la campaña 2023/24”, indicó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA.
“Analizando el país en su totalidad, la recuperación es desigual porque hay aún zonas al oeste de Buenos Aires, sur, centro y norte de Córdoba y casi todo el NOA que presentan aun situaciones extremas de escasez de agua en los perfiles del suelo, en el desecamiento de los recursos hídricos, y aún con lluvias menores a los promedios mensuales”, explicó Mercuri.
El porcentaje de agua útil en el perfil, a 1 metro de profundidad, se encuentra con más del 40 % sobre el este de la región Pampeana y el Litoral, donde se alcanza los umbrales de exceso. Continúan en condiciones críticas deficitarias sobre el resto de la región Pampeana, NOA y Cuyo.
En cuanto al agua total en el perfil se estima un porcentaje superior al 60 % en gran parte del centro-este, noreste del país y Patagonia (noroeste y sur). Mientras que en Cuyo (centro y norte), Patagonia (excepto noroeste y sur) y NOA (norte) se observan valores por debajo del 40 %.
Sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires
Por su parte, Nicolás Sanmarti del INTA Oliveros –Santa Fe–, indicó: “Para lo que fue la campaña de trigo hubo mucha disparidad en cuanto a distintas zonas del sur de Santa Fe, fundamentalmente esto se debía al cual fue el agua útil inicial con la que partían los cultivos”. En esa línea, puntualizó: “aquellos que tenían agua prácticamente a capacidad campo llegaron a estados avanzados de cultivo con buen desarrollo y con buena perspectiva en cuanto a rendimiento”.
Sin embargo, “en otros casos las últimas lluvias llegaron tarde porque ya se había definido el peso de la espiga”, explicó Sanmarti. En ese sentido, “pudo haber una pequeña compensación por peso de grano, pero hubo una marcada caída de rendimiento en aquellos lugares donde hubo un estrés importante en lo que era el periodo crítico”.
Con respecto a lo que es soja y maíz, en el sur de Santa Fe se encontraron con dos escenarios: lo que sucedía en el primer metro, donde las lluvias producidas en los meses de octubre y principio de noviembre permitieron una recarga parcial del primer metro, donde ese suelo estaba aproximadamente entre un 50 % de agua útil o capacidad de campo. Por otro lado, al segundo metro se encontraba valores de agua útil mucho más bajos, cerca del 30 %. “Si bien hay bajos valores de agua, estamos atravesando una primavera llovedora que va a permitir la recarga del perfil y poder llevar adelante una buena campaña en la estival gracias a las perspectivas de lluvia que hay por el fenómeno del Niño”, concluyó Sanmarti.
Por su parte, Gustavo Ferraris, del INTA Pergamino –Buenos Aires–, indicó: “Las lluvias ocurridas en la Región Pampeana son muy positivas, recomponiendo las reservas en el cultivo de maíz temprano y permitiendo lograr un avance significativo en la siembra de soja”. En esa línea, aclaró que “las precipitaciones están focalizadas en el este de la Argentina, hacia el oeste los milímetros han sido menores”.
“Claramente, el fenómeno de El Niño está asociado a lluvias superiores a la media en la Región Pampeana y el Litoral, por lo que se esperan mejores cosechas en comparación con la campaña 2022/23”, expresó Ferraris. En ese punto, hizo hincapié en que “el pronóstico es favorable para los cultivos de verano, como soja, sorgo, maíz”. Sin embargo, “los trigos se encuentran entre regular a mal estado, por la ausencia de lluvias en varias regiones y un evento generalizado de heladas ocurrido el pasado 12 de octubre”.
De acuerdo con el técnico, “en los cultivos de invierno el rendimiento está definido: un ciclo complicado para trigo (a excepción del sudeste de Buenos Aires), regular a bueno en cebada, bueno en legumbres y brasicáceas. Sin embargo, los más beneficiados deberían ser soja y maíz”.