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La huella de carbono de la producción porcina

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En Marco Juárez, provincia de Córdoba se viene un encuentro único y exclusivo para el sector porcino el próximo 24 y 25 de agosto. “Fericerdo”, una oportunidad interesante de capacitación y para conocer cuestiones que en muchos casos exceden exclusivamente lo tecnológico- productivo y se amplían hacia otros horizontes.


En esta oportunidad no va a faltar todo lo que tiene que ver con nutrición, sanidad, manejo, pero también hay algunas otras cuestiones muy importantes especialmente cuando se trata de una producción intensiva, va a haber todo un capítulo vinculado al manejo de efluentes y una presentación del Programa Argentino de Carbono Neutro.

Sabine Papendieck, politóloga especialista en regulaciones, acceso a mercados, temas de sustentabilidad y coordinadora del programa va a estar disertando en la muestra justamente en este último sentido, pero antes compartió algunos comentarios adelantando algunas de las cosas que va a estar exponiendo en esta jornada. Describió que “es un programa del sector privado que está promocionado por las principales bolsas de cereales y el comercio de la República Argentina como la bolsa de Buenos Aires, Bahía, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Entre Ríos y Chaco; y que se genera porque el sector privado necesita un lugar donde trabajar colaborativamente para abordar lo que es la gestión sustentable de todos los sistemas productivos agroindustriales, pensando en todos estos requerimientos ambientales que empiezan a aparecer en las cadenas de comercialización y en los accesos a mercados tanto domésticos como internacionales, en función de lo que es el contexto del cambio climático, así que ese espacio colaborativo de todo el sector privado, en donde se generan mesas sectoriales para desarrollar herramientas de cálculo y de gestión del carbono equivalente por producto”. 

Todo es un concepto que parece muy técnico, pero un montón de cuestiones que se van a estar tratando en Fericerdo como los insumos, genética, efluentes y tecnologías inciden sobre el impacto ambiental que tiene las producciones y esos productos agroindustriales que estamos comercializando y disponiendo al consumidor, entonces nosotros tenemos que pensar todas esas entradas y salidas. No solamente tenemos que elegirlo por un aumento de rendimiento, por una inversión en costos, por poder reducir, o por hacer más eficiente el proceso, sino también una variable a incorporar es pensar qué impacto ambiental tiene y si yo puedo agregarle valor ambiental a ese producto que estoy sacando.

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Valor agregado ambiental

En cuanto a las herramientas que permiten medir, simular y trabajar directamente sobre datos propios Papendieck comentó que es un gran desafío no utilizar valores promedio para ver cuántas emisiones está incorporado en un capón producido a nivel global o regional.

“Cuando uno a ese valor lo quiere poner dentro de la transacción comercial que está realizando, tiene que hacerlo específicamente respecto de la situación de su granja. Entonces no sirve un valor promedio porque el valor promedio puede estar muy lejos o muy cerca, y por ahí englobarlos a todos dentro de un valor promedio es generar una pérdida de valor para aquellos que estén gestionando esto de una manera eficiente. Entonces a nivel comercial lo que se necesita saber es cada capón, en cada situación cuántas emisiones incorporadas tiene. Así que en ese sentido, es importante tener herramientas que estén ajustadas a las prácticas productivas locales, que sean sencillas, que estén validadas por los productores y que digan que uno dispone de esa información, con una unidad de medida para que sea fácil, entonces a partir de ahí, cuando comercializo el capón de mi granja, pueda decir, bueno, ese capón tiene tantas emisiones incorporadas y que por ahí se diferencie de la granja que está al lado, que quizás uno piensa que producimos de la misma manera y en función de la tecnología, de la genética, de los insumos, del manejo, es que uno tiene valores distintos y eso es un valor ambiental agregado que hay que empezar a ponerlo sobre la mesa en la transacción comercial”.

“Esto tiene un montón de beneficios asociados, hay una cuestión más a nivel individual de querer colaborar en lo que es la lucha o la mitigación contra el cambio climático, pero después podemos pensar en el valor de la licencia social para producir. Uno está dentro de una comunidad, dentro de una granja, entonces hay que empezar a pensar, como yo me relaciono con mi comunidad y empezar a mostrar a desmitificar que la producción agrícola tiene un impacto ambiental positivo y no negativo, pero a su vez también lo que pasa en las cadenas de valor es que por ahí alguien que procese capón tiene un compromiso de reducción y empieza a solicitar a su cadena de valor que ese capón también tenga un impacto positivo y que colabore en este compromiso de reducción. Y esto empieza a reconocerse, con primas, con no descuentos, con exclusiones o fidelizaciones en los contratos de compra venta, pero  por otra parte, también el sistema financiero hoy por hoy cuando evalúa una inversión, no solamente te solicita el estado contable, una prenda, que impacto tiene en materia laboral, sino también te hace un chequeo de cuál es su impacto ambiental y esto puede significar una reducción de tasas, pero así hay un montón de valores también a nivel de comunidad porque a nivel de gobierno, tanto municipales como provinciales y nacionales, Argentina tiene un compromiso de carbono neutralidad, entonces obviamente esto hace que empecemos a ver regulaciones en donde también me soliciten demostrar que yo estoy dentro de esa carrera hacia la carbono neutralidad hasta el 2050”.

Debate global

Todo esto también abre un interesante debate de si tenemos que adoptar todo lo que se nos demanda o si esto en realidad le pone un techo a cierto nivel de desarrollo local. La coordinadora del programa agregó que definitivamente es algo muy debatido, en lo que se está trabajando en los últimos 20 años, “si bien obviamente tenemos toda esa cuestión de que si esto es una medida pararancelaria de que quizás los países desarrollados, que tienen un compromiso mayor, hacia lo que es la mitigación del cambio climático van en ese sentido en las regulaciones. 

Igualmente, implementar este tipo de prácticas siempre va hacia a la mayor eficiencia del proceso. Entonces tenés una reducción de costos muy interesante porque lo que vos estás intentando hacer es producir más con menos y de la manera más eficiente. Entonces muchas personas que a veces toman esto con mucho temor o quizás no lo ven como algo muy positivo finalizando este proceso de implementación y de incorporación la variable dentro del negocio empiezan a decir que esto incide en reducir costos, en una mejor tasa, en tener una mejor consideración de comunidad, en quizás fidelizarme en una cadena de valor, o sea, hay un derrame de efectos positivos que uno puede obtener si hace mucho más eficiente el proceso y además está agregando un valor ambiental a ese producto, es una variable que nos tenemos que acostumbrar en el contexto global, a incorporarla dentro del negocio”.




Mercados
09/05/2024