Desde la FAUBA promueven el desarrollo de la industria semillera, con profesionales de excelencia académica y una plataforma biotecnológica para el mejoramiento genético única en el país. Aseguran que es posible hacer confluir objetivos e intereses públicos y privados.
El Laboratorio de Genómica y Marcadores Moleculares (LGMM) de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) lleva adelante un exitoso proyecto de cooperación público-privada para asistir a más de veinte PYMEs semilleras argentinas en sus programas de mejoramiento genético. Desde esta unidad destacan cómo puede contribuir la universidad con las empresas, desde una visión que integre los conocimientos y objetivos de ambos ámbitos.
“Uno de los aportes fundamentales de nuestra plataforma es contar con profesionales que poseen una sólida formación científica y que conocen las necesidades de las empresas, para generar una sinergia entre la investigación académica y el ámbito privado”, afirmó Andrés Zambelli, profesor asociado de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA e investigador del CONICET, quien se desempeña como Gerente de Proyectos del laboratorio LGMM.
Zambelli sostiene que su trayectoria en la investigación pública y privada hoy le permite hacer un aporte a la plataforma biotecnológica de la FAUBA, donde se utilizan las últimas tecnologías moleculares para desarrollar productos comerciales con mayores potenciales de rendimiento, resistencia a enfermedades y a otros atributos de interés agronómico.
Luego de recibirse de bioquímico en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Zambelli realizó un doctorado en Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE) y fue docente de esa universidad, hasta que en 1997 viajó a Inglaterra para cursar un post-doctorado en la Universidad de Manchester. Al regresar a la Argentina ingresó al CONICET, hasta que en 2003 pasó al sector privado, para incorporarse a la empresa Advanta Semillas, donde llegó a ser gerente de Biotecnología.
“Trabajé en esta empresa durante 14 años hasta el 2017, momento en el que me propuse el desafío de reinsertarme en la actividad académica”, recordó. Fue profesor de Genética de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata, volvió a ingresar a la carrera del investigador del CONICET y en 2018 se interesó por el proyecto de la FAUBA.
“El profesor Eduardo Pagano me invitó a formar parte de la plataforma de mejoramiento genético que estaba desarrollando, y comencé a trabajar ahí como colaborador externo, hasta que en 2023 ingresé como profesor asociado de la cátedra de Bioquímica, motivado por la posibilidad de volcar mi experiencia en la investigación científica, tanto en el ámbito público como en el sector privado”, sostuvo.
Zambelli reconoció que muchas veces existen prejuicios entre quienes desarrollan sus carreras en la universidad y en las empresas, y asegura que si bien el trabajo científico que se realiza en ambos lados puede perseguir objetivos distintos, muchas veces también es posible que coincidan.
“En el ámbito privado se utiliza el mismo método científico que en una investigación académica, pero con otra lógica, porque la empresa busca que el conocimiento redunde en mejores productos comerciales y en un incremento de las ganancias. Una semillera, por ejemplo, busca elementos novedosos que aumenten su competitividad, que permitan liberar al mercado cultivos de mejor performance”, sostuvo.
“En las empresas es necesario respetar ciertos tiempos. Hay que justificar ante los directivos la recomendación de invertir en nuevos desarrollos y cómo esas inversiones van a redundar en beneficios. Esto obliga a los investigadores a tener una visión comercial manteniendo los estándares de la calidad científica”, añadió.
Plataforma biotecnológica
El Laboratorio de Genómica y Marcadores Moleculares de la FAUBA promueve el vínculo entre la universidad y las empresas para ayudar a las PYMEs semilleras a que creen sus propios programas de mejoramiento asistidos por marcadores moleculares.
Esta plataforma permite realizar análisis de genotipado a gran escala y de forma rápida con el objetivo de identificar genes que mejoren el rendimiento y la calidad de cultivos de interés agronómico. Para esto cuenta con una línea de genotipado denominada SNP line™, que permite detectar hasta 200.000 marcadores tipo SNP (Polimorfismo de un Solo Nucleótido) por día, siendo el único laboratorio nacional con esa capacidad.
La iniciativa de la FAUBA es valiosa para pequeñas y medianas empresas que no tienen la posibilidad de montar su propio laboratorio de biotecnología. “Ofrecemos a las PYMEs este apoyo tecnológico a un costo razonable y también las acompañamos para que puedan desarrollar sus proyectos. Más allá de brindarles un servicio, que incluye análisis genómicos profundos y la detección rutinaria de marcadores moleculares, podemos colaborar en el diseño y desarrollo de proyectos científicos”, dijo Zambelli.
Y añadió que “también podemos acompañarlos en los análisis de las inversiones requeridas y a establecer y ponderar las ventajas o desventajas de incorporar una nueva tecnología, siempre manteniendo el foco en las necesidades de la empresa”.
Más investigaciones
Actualmente, el laboratorio LGMM está integrado por dieciocho profesionales con una alta formación, quienes además de trabajar en la plataforma, avanzan en sus estudios e investigaciones académicas. Algunos, incluso, desarrollan sus actividades mientras cursan sus carreras de posgrado y realizan sus tesis.
Zambelli subrayó que nueve ex integrantes de la cátedra hoy están trabajando en empresas del sector, y afirmó que la interacción con las empresas también promueve el desarrollo de profesionales en el ámbito de la ciencia.
“Muchas veces encontramos preguntas académicas interesantes que merecen ser respondidas pero que no son del interés inmediato de las semilleras, aunque pueden ser el fundamento del desarrollo de una tesis. Así es cómo este vínculo también redunda en proyectos de investigación académica”, concluyó.